Ayer me desperté en medio de la noche contigo a mi lado.
Mi rostro sintiendo la tersura de tu piel contra
la mía, el perfume de tu cuerpo me invade y embriaga al punto de anularme el
pensamiento.
Son los instintos que se activan, solo quiero tenerte, solo
quiero besarte, solo quiero llegar allí.
La vergüenza se desvanece. Nuestros cuerpos no son perfectos,
pero lo son para Dios que es testigo de nuestro acto. Lo que sentimos va más allá
de éste mundo. El quererte me hace respetarte, me hace sentir única a tu lado,
y todo en retribución quiero darte.
Siento como tus manos me desgarran la ropa, hacen turismo
por todo mi cuerpo, y paran en esos lugares que me llevan al destierro de la
razón.
Mi corazón bombeando, y
mis manos temblorosas descubren tu cuerpo, tu piel. Te sujetan con
fuerza, mientras somos testigos de cómo dos seres se convierten en uno y llegan
a la perfección.
Tenerte entre mis brazos, besarte en la boca, mirarte a los
ojos mientras hacemos el amor. Sentir que mi mundo y universos son tuyos, son
nuestros y no necesitar más nada.
Tus ojos posados sobre los míos.
Yo conozco esa mirada, tus
ojos el portal de tu alma. Esconden secretos, revelan sentimientos.
Una caricia tuya me transporta a otra dimensión, en éste
mundo sólo somos los dos, conectados, compartiendo, mirándonos, queriéndonos.
Sentir que soy especial, sentir la agonía del tiempo, sentir
la felicidad. Es mi único deseo, poder manipular éste universo. Ser la única dueña de tus labios, esa fiel puerta de nuestra pasión, esos fieles testigos de nuestro amor.
Tú sonrisa dibujada en tu cara fue mi último recuerdo.
Pero luego desperté del sueño, y descubrí que a mi lado no
estás.
Me invade la melancolía, la tristeza y la soledad.
Quise encontrarte, pero por más que te busque, decidiste
marcharte. No te lo podía impedir. Las
lágrimas brotan de mis ojos, pero decido volver a dormirme.
Capaz me despierte
en otro sueño en el que vos seas mi realidad, y no lo que hoy estoy esperando.
By Dany Palea.
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